martes, 9 de septiembre de 2014

Fuerza Natural (Cerati x Aloras)

por Gonzalo Aloras *

El último disco editado por Gustavo Cerati, Fuerza Natural, dibuja un horizonte en el devenir del pop-rock argentino, transformado en las últimas décadas en algo más “simpático” que musical, y más destinado a sostener banderas barriales -aunque sean las banderas lánguidas de Palermo Hollywood- y de marketing de turno, que a sensibilizar los oídos y abrir mundos perceptibles en la juventud. Hay en cambio, en este material de Cerati, canciones que producen un verdadero viaje-viraje, timoneado por este importante músico de cincuenta años, que atraviesa invicto, con su recorrido ascendente, casi toda la historia del rock local, sin haber tenido necesidad de aggiornarse tontamente a los nuevos parámetros de valoración del mercado (que gritan al unísono: ¡arriba la tontería!). Este disco fue innovadoramente compuesto por Cerati solo con un pequeño controlador midi y un computadora, sin utilizar instrumentos musicales tradicionales, aunque luego, durante la grabación, hayan sido las guitarras acústicas las que definieron el color de la obra. Se percibe el desafío: alcanzar fuerzas que usualmente se consiguen con la electricidad de las guitarras rockeras (Ahí vamos, su disco anterior) a través de instrumentos acústicos y de arreglos minuciosamente diagramados con ese fin .Aparecen, por primera vez, acordes y alteraciones armónicas no implementadas en el resto de su obra, así como gestos de la canción folk, dejando entrever su admiración y su orgullo por formar parte de la línea compositiva clásica argentina (Spinetta, García, Nebbia, etc.). 

Por otro lado, las letras (siempre en esa extraña línea nietzscheana de sus textos) que fueron escritas recién sobre el tramo final de la producción y en clave surrealista-psicodélica, ameritan ser leídas más allá de sus respectivas músicas, como breves textos, improntas, signos que expresan trayectos, visiones claras y situaciones tan amenazantes como insignificantes, tomadas con la calma de una contemplación zen-pampeana. 

Amor sin rodeos

Carretera
las distancias son enormes
más allá del horizonte
la llanura nos espera.
A campo traviesa
hacia donde el sol se esconde
donde jamás pude ocultar
mi corazón.
Me confesaste
un amor sin rodeos
que la inocencia nos proteja
ahora que todo es más
perverso.
Por mi cabeza ya pidieron
recompensa
pero no hay precio por robar
tu corazón.
Pueblo chico, infierno grande
somos caballos salvajes
ya desafiamos la ley
de trampas se hizo la ley.
Por la ruta
de jinete enmascarado
se escuchan los disparos
preparan la emboscada.
Y en alambrados
como pentagramas
los pájaros tocando
tu canción.
Porque no hay precio
por robar tu corazón
no hay precio por robar
tu corazón
no hay precio por robar
tu corazón


No hay otros ejemplos entre los músicos populares argentinos de su generación que dediquen tanta pasión a la producción y le den tanta importancia a la experimentación, a la tímbrica, a las sonoridades, a la instrumentación de cada uno de los versos, a la decisión en los materiales, al proceso mismo de grabación y mezcla; en otras palabras: al amor por el audio. Pues acaso si los hay entre aquellos cantantes que saben rodearse de profesionales y logran un refinado producto, no son artesanos en la concepción general del proyecto. Gustavo Cerati es un escultor: esculpe el audio de sus canciones en el aire (junto a su invalorable equipo de labor: técnicos y músicos). Este arduo trabajo sonoro que denota horas modelando arreglos, sonidos y efectos, sumado a los aciertos compositivos y líricos de al menos las cinco canciones que aquí se transcriben, hacen de este disco un techo, un umbral de la época pop argentina y un faro para aquellos que, fuera de todo prejuicio perceptivo, esperan siempre dar con algún registro intenso, alegre y renovador para sus oídos, sea cual fuere su autor, su procedencia. 

Se trata un disco maduro: el resultado de un artista que ha estado la mayor parte de su vida trabajando, esforzándose hasta merecer su propio talento, creando un estilo y gozando a la par de cada uno de sus logros, de sus aciertos creativos, de cada una de sus ideas grabadas y destinadas a durar en su singular eternidad. Amante de las guitarras y los delays, atento a las nuevas tecnologías aplicadas a la musicalidad del audio, cantante con todas las letras del cantor y escritor de las superficies, aventurado y psicodélico. Siempre es hoy para Cerati, quien expresa, con este nuevo material, una ventana al sol para la música local y otro umbral de calidad a partir del cual medir las producciones mainstream, que cuentan generalmente con gruesos presupuestos para su realización. 

Fuerza Natural podría y quizá debería haber sido producido y editado de modo independiente, para sumarse así a la lucha victoriosa de todas las vanguardias del mundo de hoy, por cierto tan admiradas y seguidas desde siempre por Gustavo, que se mueven al margen de los grandes grupos de poder, de manipulación de masas y subjetividades… “Yo solo quiero ser del Jet Set” cantaba en sus comienzos junto a Soda Stereo. Desde una perspectiva estética y vitalista, Gustavo es el más enérgico, dedicado y superficial de los rockeros locales. Y ello, sin duda, forma parte de su encanto y de su extraña profundidad.

#

1 está solo, se entera...
2 diferentes, maneras...
3 veces llamo y respondes
y suena, suena el acorde
4 elementos + el viento
5 estrellas el # que prefiero
6 es el diablo escondido
en el hilo del tiempo
7 rayos misteriosos
8 horizontes infinitos
9 es real, casi disfruto chocar
Cuento hasta 10 y te escondes
Dioses creados
con 10 nombres
Alfa y omega
Todo principio y final
11 mi cumpleaños
12 las lunas en tu año
13 no existe la suerte
los números,
los números no mienten.
1 es así
2 distancias
3 armonizan
4 ruedan más
5 es la magia
6 antes de descansar
7 colores
8 pasos
Nube 9
10 contiene
11 yo
12 vos
13 paré de contar.

* Esta nota fue publicada originalmente en el número 26 de revista La otra, Otoño/Invierno 2012.


No hay comentarios:

Publicar un comentario